viernes, 16 de agosto de 2013

La vida de un santiaguino promedio, en full tiempo de pega, invierno.

Lo típico, levantarse muy temprano con sueño acumulado del lunes anterior… ir al baño y pensar en cuantos días quedan para las vacaciones y luego pensar en el calor, en lo pegoteado que te pones en el verano con el sudor y el calor y el calor… cuando logras salir de la casa dispuesto a caminar al metro, miras la hora corres… metro llenooo!!!! Que novedoso! Jajajaja (eso fue ironia!) lo peor del metro es que es como si te subieras a una morgue transportadora, y de pronto se van sumando cadáveres en el camino hasta llenarse… y porque digo cadáveres… porque; nadie se habla, nadie se mira y todos se tocan… pero el tacto… eso que es tan difícil de conseguir cuando uno está conociendo a alguien, se logra en el metro… pero que ocurre? Nada… y luego de todo ese proceso zombiestico piensas en el verano y lo asqueroso que sería el mismo panorama de tacto, cadáveres y olores en verano...y piensas “menos mal que es invierno”jajajaja!...


Daré un vuelco… por que en verdad eso es lo que un chileno promedio hace… pero yo… mmmm creo no ser una chilena promedio… más bien soy una de las pocas observadoras que queda… y no es porque me crea el cuento de socióloga, pero me agrada observar la actitudes… de las señoras o señores que no se bañan y no están ni ahí con que su asqueroso olor emane de sus cuerpos… ellos son franceses sin perfume!... o de los descuidados que se tocan la mano por accidente en el pasamanos y la sacan fugazmente sin siquiera mirarse y reírse con esa oportunidad tan romántica… no sé, me carga la gente que llora por desgracia, siendo que la oportunidad de una película maravillosa hecha realidad está un poco más allá, solo un poco más allá de lo que pueden ver… el metro siento que es lo que nos une… aunque no queramos… es lo que nos hace tocarnos, mirarnos y solo porque no queremos no nos observamos… identidad santiaguina, es conocerse las estaciones de metro… si hay un metro cerca… voy!!! Jajaja al menos eso me ocurre a mi … es triste saber que vas con desconocidos que ves todos los días y sabes sus destinos pero nunca sabrás quienes son… hay excepciones… y a mí me han ocurrido dos… una vez no recuerdo porque (o quizás sí pero es muy largo para contar) lloraba sin parar en un asiento del andén… se me acerco una chica… con el pelo laaaaaargo y rubio (era muy linda) y me dio una bolsa blanca de papel y me dijo “no sé quién eres, ni menos porque estas llorando, solo quería regalarte estos dulces para que cambien un poco lo terrible que fue tu día”… me entrego la bolsa y se fue con su pololo, no deje de llorar, pero si me cambio el día y ahora lo valoro.. Fue un lindo gesto… y la otra ocasión fue que una señora me comenzó a hablar de la nada en el andén y cuando paro el metro me guardo un asiento y me dijo … “ven!” Jajajaj fue tan divertido, me contó que, estudiaba peluquería, que tenía tres hijos y una nieta… que yo le había caído bien porque ya los jóvenes no hablan con las personas mayores… de cierta manera esa señora cambio mi día… si la viera de nuevo, la saludaría y le preguntaría “como esta su nieta?” … pero no son más que solo excepciones… que sirven para confirmar la regla…