Lo típico, levantarse muy temprano con sueño acumulado del
lunes anterior… ir al baño y pensar en cuantos días quedan para las vacaciones
y luego pensar en el calor, en lo pegoteado que te pones en el verano con el
sudor y el calor y el calor… cuando logras salir de la casa dispuesto a caminar
al metro, miras la hora corres… metro llenooo!!!! Que novedoso! Jajajaja (eso
fue ironia!) lo peor del metro es que es como si te subieras a una morgue
transportadora, y de pronto se van sumando cadáveres en el camino hasta
llenarse… y porque digo cadáveres… porque; nadie se habla, nadie se mira y
todos se tocan… pero el tacto… eso que es tan difícil de conseguir cuando uno está
conociendo a alguien, se logra en el metro… pero que ocurre? Nada… y luego de
todo ese proceso zombiestico piensas en el verano y lo asqueroso que sería el
mismo panorama de tacto, cadáveres y olores en verano...y piensas “menos mal
que es invierno”jajajaja!...
Daré un vuelco… por que en verdad eso es lo que un chileno
promedio hace… pero yo… mmmm creo no ser una chilena promedio… más bien soy una
de las pocas observadoras que queda… y no es porque me crea el cuento de socióloga,
pero me agrada observar la actitudes… de las señoras o señores que no se bañan
y no están ni ahí con que su asqueroso olor emane de sus cuerpos… ellos son
franceses sin perfume!... o de los descuidados que se tocan la mano por
accidente en el pasamanos y la sacan fugazmente sin siquiera mirarse y reírse con
esa oportunidad tan romántica… no sé, me carga la gente que llora por
desgracia, siendo que la oportunidad de una película maravillosa hecha realidad
está un poco más allá, solo un poco más allá de lo que pueden ver… el metro
siento que es lo que nos une… aunque no queramos… es lo que nos hace tocarnos,
mirarnos y solo porque no queremos no nos observamos… identidad santiaguina, es
conocerse las estaciones de metro… si hay un metro cerca… voy!!! Jajaja al
menos eso me ocurre a mi … es triste saber que vas con desconocidos que ves
todos los días y sabes sus destinos pero nunca sabrás quienes son… hay
excepciones… y a mí me han ocurrido dos… una vez no recuerdo porque (o quizás sí
pero es muy largo para contar) lloraba sin parar en un asiento del andén… se me
acerco una chica… con el pelo laaaaaargo y rubio (era muy linda) y me dio una
bolsa blanca de papel y me dijo “no sé quién eres, ni menos porque estas
llorando, solo quería regalarte estos dulces para que cambien un poco lo
terrible que fue tu día”… me entrego la bolsa y se fue con su pololo, no deje
de llorar, pero si me cambio el día y ahora lo valoro.. Fue un lindo gesto… y
la otra ocasión fue que una señora me comenzó a hablar de la nada en el andén y
cuando paro el metro me guardo un asiento y me dijo … “ven!” Jajajaj fue tan
divertido, me contó que, estudiaba peluquería, que tenía tres hijos y una nieta…
que yo le había caído bien porque ya los jóvenes no hablan con las personas
mayores… de cierta manera esa señora cambio mi día… si la viera de nuevo, la saludaría
y le preguntaría “como esta su nieta?” … pero no son más que solo excepciones…
que sirven para confirmar la regla…